
por Juan Eugenio Rodríguez
EL OTRO TERRITORIO
SOMBRA DE FUEGO
Atada la memoria a una cadencia
va resbalando en número y medida,
de tal manera a la costumbre asida
que está sonando en medio de la ausencia.
Así la acumulada persistencia
de aquel incendio brilla por mi herida,
y está su sombra al cuerpo de mi vida
atada como roja transparencia.
Ni el soplo corrosivo del destino
ni la salada lluvia de mi llanto
ni el ánima de tierra del camino
pueden contra este fuego de mi nada,
porque destino y tierra y tiempo y llanto
no hacen sino avivar su llamarada.
AUGUSTO ROA BASTOS
1917, Asunción del Paraguay
EL OTRO TERRITORIO
Juan Eugenio Rodríguez
-Lo inconsciente, la invención freudiana. Del repudio de la función paterna a la llamada inteligencia artificial (de ahora en más IA)
Así se dio en llamar un espacio nuevo que surgió, una columna en la radio universidad, “El Otro Territorio”, para pensar la cuestión de la IA. Tomar la palabra al respecto para pensar y destacar ese Otro Teritorio.
Para poder pensar en este contexto la función o la operación paterna debemos interrogarnos en primer lugar qué nombra este concepto. Pues nombra algunas cuestiones fundamentales a la vez.
Es una operación un tanto compleja. Este concepto nos habla de algo que se trasmite de generación en generación, es una transmisión inconsciente. Se trasmite un recurso intangible. Desde el psicoanálisis pensamos este concepto como castración, en tanto que lo que se trasmite es un vacío, una causa. Un por venir. Aquello que aún no ha tomado cuerpo, pero que se encuentra en ciernes, a punto de manifestarse pero todavía no lo hace. Todo esto implica la función paterna. Lo más valioso que puede legar un padre y aquí más allá del genero, pues esta función la puede cumplir aquel sujeto que se sienta convocado. Esta función causa deseo y tiene relación con la negación y con la pérdida. Se trata de aquello que causa deseo.
Ir contra la función en la versión del repudio, es ir contra el deseo, con las implicancias que tiene en el sujeto debido a aquello que nunca tuvo un lugar, el arrasamiento. En la narración de Angélica Gorodischer “El fin de una dinastía o la Historia natural de los hurones” en “Kalpa Imperial” podemos llegar a través de la metáfora de la poeta a vislumbrar los alcances de la función que acabamos de mencionarles y para ejercer esa función no es necesario decir “Soy tu padre” basta
con hacerlo. La importancia del acto en tanto provocador de efectos no anticipados. La irrupción de la invención. Causar sin usufructo. Nosotros encontramos tanto en la clínica, como en la numerosidad social a través de distintas manifestaciones ejemplos del repudio de la función paterna y como consecuencia el arrasamiento del deseo.
Curiosamente Freud nos trae un inconsciente que no esperaba la ciencia. Siempre que irrumpe un concepto busca ser útil para los propósitos de la ciencia. Pero si el inconsciente freudiano se nos aparece en su versión real como insusceptible de conciencia, esto es demasiado. Sin embargo, es el gran descubrimiento freudiano, NO podemos hacer consciente todo lo inconsciente, hay un resto inasimilable, un resto que dice NO TODO. Pues bien, entonces hay algo que se sustrae y no es precisamente significante. He aquí donde empezamos a dar toda su dimensión al descubrimiento freudiano.
La invención freudiana nos va anoticiando que el inconsciente con el que se topa está unos cuantos casilleros adelantados, tantos que no se pueden calcular, lo cual no nos impide determinar que son unos muchos. Que cuando dice que no fue eso lo que quería decir ya bajo una horneada lista para comenzar el banquete. Bueno, después de todo tiene hambre. Es legitimo que quiera.
No habría que olvidar que Freud señalaba a propósito de la represión, que esta operaba sobre el significante, quedando flotante aquello imposible de reprimir. La represión es NO TODA. Se lleva los significante pero no puede arrastrar todo. La angustia esta allí donde se reclama un lugar. No falla.
Lo inconsciente freudiano, su invención, implica pensar es nuestros tiempos de hipermodernidad, en un inconsciente que está por irrumpir, no hay plan, es un saber no sabido a punto de emerger.
Ese es El Otro Territorio que descubrió Freud, tiene su propia lógica, que por sus efectos se dirige a nosotros, su lengua es la poesía, allí donde navega entre palabras sueltas. Cómo alcanzar aquello que está siendo.
Cuando un artista plástico trabaja digitalmente con la IA, solicita que la IA no se entrene con su trabajo. Más allá de si esto se respeta en el caso negativo. Pensemos en la versión positiva, acepto que la IA se entrene con mi trabajo y me indique cómo mejorar mi trabajo. Incluso la IA no se entrena de mi trabajo solamente, sino del BIG DATA, quiere decir que se referencia en toda la información, si, digo bien, información del trabajo de miles y miles de artistas en la BIG DATA. Entonces se trata de toda información almacenada, independientemente de las múltiples combinaciones, lo que puede almacenar la IA es información generada por los distintos usuarios.
Se basará en un reservorio de significantes ya generados. Todo aquel saber no sabido. Todo aquel saber inconsciente que aún no se manifiesta pero como ya dije está en ciernes, de ese saber queda afuera la IA, no tiene la capacidad de inventar. Sólo puede operar por recursividad. La invención requiere del vacío.
La IA se nos aparece en relación al sujeto creador como el diccionario con respecto al hablante. El uso de la palabra va por delante varios cuerpos del diccionario. Lo que pueden hacer, y lo hacen frecuentemente los diccionarios, es incorporar la nuevas palabras creadas por el uso de la palabra por parte de los hablantes.
Siempre en la historia existió la tecnología, definida de ese modo en cada época. Siempre fue creada por los seres humanos. Tengamos en cuenta que entre el creador y lo creado hay una distancia insalvable. A esa distancia lo he de llamar VACÍO CREADOR.
SOMBRA DE FUEGO
Atada la memoria a una cadencia
va resbalando en número y medida,
de tal manera a la costumbre asida
que está sonando en medio de la ausencia.
Así la acumulada persistencia
de aquel incendio brilla por mi herida,
y está su sombra al cuerpo de mi vida
atada como roja transparencia.
Ni el soplo corrosivo del destino
ni la salada lluvia de mi llanto
ni el ánima de tierra del camino
pueden contra este fuego de mi nada,
porque destino y tierra y tiempo y llanto
no hacen sino avivar su llamarada.
AUGUSTO ROA BASTOS
1917, Asunción del Paraguay
Nota: Este texto fue escrito a propósito de una invitación de la radio universidad al seminario de psicoanálisis y poesía que se dicta en la UNLaM el miércoles 10 de diciembre de 2025.
